miércoles, 2 de diciembre de 2009

«Olía a cemento húmedo cuando nos conocimos. Entonces pensé que era una lástima que nunca pudiera llegar a ser una persona diferente de la que era, con otro cuerpo, otro cerebro, otras venas. Simplemente supe que estaba condenado a ser yo, y que tú no lo aceptarías nunca.»

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