jueves, 28 de enero de 2010
sábado, 16 de enero de 2010
Deberíamos pensar todos en alto, como en el cine; asumir ese mecanismo de la ficción tan útil, para que todos los que están alrededor sepan qué pensamos hacer y quiénes son los buenos y quiénes los malos (y, sobretodo, para que entiendan de qué va la película). Entonces cuando vieras a alguien deambulando por la calle preguntándose «¿debería matar a mi suegro?», tú podrías decirle «disculpe, ¿no estará pensando en matar al suegro, verdad? Porque yo lo hice el mes pasado y no es buena idea, porque luego has de matar a la suegra». O si, por ejemplo, encuentras a alguien que dice «sé que las rosas son las preferidas de Sara, pero ¿cómo podría sorprenderla?», tú podrías arrimarte y decir: «amigo, cómprele un poni».
domingo, 3 de enero de 2010
lunes, 28 de diciembre de 2009
sábado, 26 de diciembre de 2009
Mientras que en la ficción cada instante se puede desmenuzar y analizar, influenciado por una consciencia casi divina de todo lo que ocurre al mismo tiempo, de sus detalles, y de ser susceptible de ser narrado con un lenguaje sutil y poético, en la realidad todo es rápido, vacío, y la vida suele devanarse exclusivamente en un plano sensorial y sensible.
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