sábado, 26 de diciembre de 2009
Mientras que en la ficción cada instante se puede desmenuzar y analizar, influenciado por una consciencia casi divina de todo lo que ocurre al mismo tiempo, de sus detalles, y de ser susceptible de ser narrado con un lenguaje sutil y poético, en la realidad todo es rápido, vacío, y la vida suele devanarse exclusivamente en un plano sensorial y sensible.
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